Gaslighting: la forma más elegante de apagar tu voz

Te enseñaron a dudar de ti.

Y lo llamaron “amor”.

Te enseñaron a desconfiar de tu memoria, de tus emociones, de tu percepción.
Y lo llamaron “madurez emocional”.

El gaslighting no empieza con una cachetada. Empieza con una sonrisa amable mientras te dicen que estás loca. Con un “yo no dije eso”, aunque lo recuerdas palabra por palabra.Y si todavía crees que el gaslighting es una exageración millennial,  léete este libro y hablamos después.

Memorias de una Víctima de Gaslighting no es una historia de superación.  No es una novela con moraleja ni un cuento con final de Hollywood. Es una escritura que sangra. Un relato donde la violencia no deja moretones, pero sí mujeres en ruinas.  Una voz que se cansó de dudar de sí misma y decidió escribirlo todo.

Lo más perturbador no es lo que le hicieron. Es todo lo que ella dejó de decir para seguir siendo amada.

Si alguna vez has salido de una relación preguntándote en qué momento perdiste el control de tu vida… Este libro te lo va a decir.

Si alguna vez defendiste a alguien que te hacía daño, y aún así pensaste que el problema eras tú… Este libro va a incomodarte. Y lo necesitas. Es un recordatorio brutal:
no estás loca. Solo te entrenaron para dudar de ti misma.

Memorias de una Víctima de Gaslighting es un libro de no ficción que no se lee bonito. Se lee con rabia, con nudos en el estómago, con ganas de decir “esto también me pasó”.

Léelo.
Rómpelo.
Subráyalo.

Regálaselo a alguien que todavía no entiende por qué no puede dormir tranquila.

Disponible pronto.
Y sí, vas a necesitar respirarlo lento.