¿Por qué necesitas una guía para la escritura académica (aunque creas que no)?

Spoiler alert: si estás escribiendo una tesis o piensas hacerlo, una guía de escritura académica no es un lujo, es una necesidad. Como el café en las madrugadas o como ese meme que te salva del colapso emocional.

Y sí, te lo digo desde la experiencia. No solo como escritora, editora y profesora. Te lo digo también como alguien que ha escuchado cientos de veces la misma frase: “Sé lo que quiero decir, pero no sé cómo escribirlo”. Bienvenide al club de les que saben, pero no pueden. No por ignorancia, sino por agotamiento mental, presión institucional y un sistema que te enseña a citar, pero no a pensar.

¿Qué tienes que hacer para pensar? En primera leer, sí, sé que suena duro pero es la única manera. La escritura no admite atajos y si quieres saltártelos será la primera en cobrártelos.

I. La escritura académica no es intuitiva (y está bien que no lo sea)

Hay quienes creen que escribir una tesis es solo cuestión de sentarse y empezar. Como si redactar un estado del arte fuera lo mismo que subir un tuit irónico o escribirle al ex a las 2 a. m. La verdad es más cruda: la escritura académica tiene reglas propias, lógicas internas y tensiones que atraviesan lo personal, lo epistémico y lo político.

¿Sabías que incluso les investigadores consagrades necesitan editores? ¿Y que muches de les que abandonan su tesis no lo hacen por falta de datos, sino por falta de herramientas para escribirla?

No es que no sepas. Es que nadie te enseñó cómo traducir tu pensamiento en texto académico sin traicionar tu voz.

II. Una guía es un mapa, no una camisa de fuerza

Una buena guía de escritura académica —y en Escuela Alfabeta nos tomamos esto muy en serio— no te dice qué pensar, sino cómo ordenar tu pensamiento. Te muestra estructuras, sí. Pero también te ayuda a romperlas cuando es necesario. Porque no se trata solo de cumplir con la APA o la MLA: se trata de producir conocimiento, no solo de reproducirlo. Y para eso necesitas conocer la estructura de la oración, esa es la base de la cual hay que partir.

III. Desde el psicoanálisis: escribir es narrar lo imposible

Freud ya lo sabía: hay cosas que solo se elaboran si se escriben. Y en la tesis —aunque sea “solo” de grado o maestría— lo que está en juego no es solo el tema, sino tu relación con él.
¿Por qué elegiste ese objeto? ¿Qué te atraviesa en él? ¿Dónde te duele?  Una guía, entonces, también es una herramienta para que el texto no se vuelva síntoma. Para que escribir no sea otra forma de repetir el trauma académico, sino una vía para simbolizarlo y transformarlo.

IV. Desde la pedagogía crítica: escribir también es desobedecer

Paulo Freire lo decía sin anestesia: “Nadie educa a nadie. Nadie se educa a sí mismo. Las personas se educan entre sí, mediadas por el mundo.”
Pues bien: escribir una tesis también es eso. Un proceso colectivo que se vuelve solitario solo porque el sistema así lo impone. Pero no estás solo. No deberías estarlo.

Una guía de escritura académica bien hecha —como la que ofrecemos en Escuela Alfabeta— es una forma de acompañamiento. No porque te diga qué hacer, sino porque te recuerda que puedes hacerlo. Incluso cuando todo a tu alrededor diga lo contrario.

V. Una guía no resuelve tu tesis. Pero evita que la tesis te destruya

Porque aquí viene la parte incómoda: muchas personas abandonan sus procesos académicos por no saber cómo empezar. O por haber empezado mal.
Una guía no hace el trabajo por ti, pero te da herramientas para hacerlo sin caer en la trampa del perfeccionismo, el burnout o la culpa constante.

¿Y sabes qué más? Una buena guía también te enseña a terminar. Que es, paradójicamente, lo más difícil de todo este proceso.

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Conclusión: escribir una tesis no debería doler (tanto)

La escritura académica no tiene por qué ser un castigo. Puede ser un proceso creativo, político, liberador. Pero para eso necesitas herramientas, comunidad y contención.
Y eso es justamente lo que ofrecemos en Escuela Alfabeta.

¿Quieres una guía para escribir sin colapsar?
¿Te interesa acceder a herramientas que no solo te ayuden a aprobar, sino a crear algo que valga la pena?

Te leemos. Te acompañamos.
Y, sobre todo, te ayudamos a escribir sin perder la cabeza.

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